- Es un problema emergente de salud pública que por primera vez será abordado por el municipio con un plan específico.
- Se emitirán distintos tipos de alertas, con protocolos de acción y recomendaciones para el autocuidado los vecinos.
La Municipalidad presentó el Plan de Acción de Olas de Calor (PAOC), destinada a proteger la salud de los vecinos y el ambiente, con el enfriamiento urbano como estrategia principal de adaptación. Para ello implementará medidas de prevención, alertas tempranas, respuestas rápidas y modificaciones en la ciudad según distintos tipos de riesgos potenciales.
Con el verano 2025-2026 como objetivo inmediato, el municipio definió una planificación general, protocolos de intervención y comenzó la capacitación de agentes municipales, además de referentes comunitarios.
Las acciones se desplegarán en tres etapas complementarias, con objetivos diferenciales: respuesta inmediata (corto plazo); fortalecimiento y adaptación (mediano plazo); transformación y resiliencia urbana (largo plazo).
Del acto participaron los secretarios municipales de Ambiente y Economía Circular, de Salud, de Participación Ciudadana y Juventud, de Gobierno, junto al presidente del Ente BioCórdoba, Gabriel Martín, Ariel Aleksandroff, Juan Viola, Rodrigo Fernández y Fabián Lattanzi, respectivamente, además del secretario de Cambio Climático provincial, Augusto Carreras.
«Estamos frente a la necesidad de afrontar las consecuencias del cambio climático, como las olas de calor. Es un problema grave en la salud de la población, con consecuencias potencialmente letales”, definió Gabriel Martín y agregó: el Estado tiene que hacerse cargo de este tipo de cuestiones, plantear soluciones como este plan, para salvar la mayor cantidad de vidas posible y acercar herramientas a los vecinos de la ciudad afrontar la crisis climática».
Por su parte, el secretario de Cambio Climático provincial, Augusto Carreras, expresó: “la Municipalidad de Córdoba es un aliado estratégico para impulsar políticas públicas. Ante un apartamiento nacional de esta temática, los gobiernos provinciales y municipales son los que tienen que tomar el toro por las astas y realizar este tipo de acciones que llevan beneficios a la comunidad”.
El aumento sistemático de las temperaturas urbanas es un problema emergente de salud pública y por primera vez será abordado por la ciudad con un plan específico. Las acciones implicarán la coordinación de todas las áreas municipales, el Concejo Deliberante, organizaciones sociales, autoridades provinciales y nacionales en la Mesa de Olas de Calor, una estrategia integral de similar funcionamiento a la Mesa de Dengue.
La presentación del plan estuvo a cargo de Melisa Díaz Acuña, Directora de Coordinación y Desarrollo Sustentable, de la Secretaría de Ambiente y Economía Circular; María Elvira Vázquez, Directora General de Innovación Social, perteneciente a la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano; Marcela Robledo, Directora de Programas de Integración Sanitaria, de la Secretaría de Salud; Fabián Freccia, Director de Capacitación y Entrenamiento Profesional de Defensa Civil y Riesgo Eléctrico, dependiente de la Secretaría de Gobierno municipal.
Calor y consecuencias
Como uno de los efectos globales del cambio climático, el calor extremo (inusual para una región o época del año) es una de las amenazas urbanas más graves, y al mismo, más subestimadas en sus múltiples impactos.
En términos de salud, afecta especialmente a grupos de riesgo como personas mayores, niños y niñas, embarazadas, pacientes con enfermedades crónicas y quienes habitan en zonas con menor cobertura verde e infraestructura básica. Asimismo, impacta en la provisión de servicios y la actividad económica.
En el verano de 2025, más de 16.500 personas murieron por calor en Europa, según un estudio del Imperial College de Londres y de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.
En Argentina, en febrero de este año, el riesgo de morir por olas de calor se incrementó en 13 de 18 provincias analizadas, de acuerdo a datos de la Dirección de Epidemiología Nacional. En muchas ciudades, las muertes por enfermedades del corazón subieron entre 11% y 41% durante esos períodos de altas temperaturas.
En la ciudad de Córdoba, las olas de calor se presentan cuando al menos tres días consecutivos o más, las temperaturas máximas superan los 33,4° y las mínimas son mayores a 19,5°, registradas entre octubre y marzo.
Entre 2021 y 2022 hubo cinco olas de calor, tres un año después y cuatro en el verano pasado. En la última década, se multiplicó por tres la recurrencia de olas de calor, de acuerdo a datos del Servicio Meteorológico Nacional.
El PAOC está enmarcado en el Plan de Acción Climática municipal 2024-2030, el Plan Provincial de Respuesta frente al Cambio Climático (PPRCC), el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR), y a nivel internacional, con el Marco de Acción de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015–2030.
El documento completo puede descargarse desde aquí.
Alertas y acciones
A partir de los pronósticos emitidos por el Observatorio Hidrometeorológico de Córdoba, el Plan establece un Sistema de Alerta Temprana de cuatro niveles, con criterios y acciones concretas, medidas de comunicación, prevención, capacitación y adaptación urbana.
Las alertas se clasifican en una especie de “semáforo de riesgo”, que describen la condición climática, los efectos sobre la salud y las principales acciones: verde (vigilancia), amarillo (prevención), naranja (riesgo alto) y roja (emergencia sanitaria).
El verde representa la ausencia de riesgo para la población, con un protocolo de acciones basado en el monitoreo y la actualización de pronósticos climáticos.
El amarillo indica un impacto leve en la población general y moderado en personas mayores, niños, niñas y pacientes con enfermedades crónicas. En este momento se activa la comunicación preventiva, la revisión de recursos y los equipos quedan listos para actuar.
El color anaranjado ya marca un riesgo moderado en general y alto para los grupos de riesgo. Las brigadas de monitoreo sanitario recorren e intervienen en la ciudad.
El rojo fija el alerta máximo, con alta peligrosidad para toda la población. Se realiza una completa activación del sistema municipal de emergencia, articulando con autoridades provinciales y nacionales.
Información compartida
El plan se nutrirá de los datos que comiencen a registrarse bajo esta planificación, que permitirá mejoras operativas y un mayor conocimiento del impacto sanitario y climático en la ciudad.
En ese sentido, el sistema de salud municipal ya incorporó los códigos de olas de calor, lo que facilita el registro estadístico de cualquier afección médica. Al contar con historias clínicas digitales, permitirá fijar una línea base de datos de salud vinculados a olas de calor.
En cuanto a sensores climáticos, en la ciudad ya funcionan las primeras doce Estaciones Meteorológicas Automáticas, que registran en territorio y en tiempo real diversas variables.
El caudal de datos facilita una actuación temprana y puntual, reduciendo el riesgo ante eventos severos y priorizando las zonas más afectadas.
El PAOC se nutre de información de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Universidad Blas Pascal (UBP), el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y redes vecinales.
También articula con el Foro Intermunicipal y Comunal sobre Cambio Climático (FICC), recientemente creado como espacio de coordinación y fortalecimiento técnico entre los gobiernos locales y la Secretaría de Cambio Climático de la provincia de Córdoba.









